miércoles, 30 de noviembre de 2011

Comienzo de una vida en común.

Era el día más importante de mi vida, apenas faltaban 2 horas para subir al altar Sin duda, sería inolvidable.
-Estaba sentada en una silla mientras me terminaban de peinar. Lucia un bonito recogido con floritas acompañado de un sencillo maquillaje. Mis dos damas de honor me ayudaban con la lencería para mi noche de boda, era rosa pastel y con muchos lazos, tal y como había pedido.
Estaba preocupara por algo y no sabía el porqué, supuse que serían los nervios del momento...
Mientras me retocaba en el espejo la puerta de la habitación se abrió de golpe, era mi madre con mi vestido entre sus brazos.
Era precioso, llevaba mucha pedrería y unos bonitos encajes. Un perfecto vestido blanco firmado por la marca Dior, entallado y palabra de honor. Parecía que estaba hecho para una princesa de cuento.

Mi mente se paro por segundos y un dolor de cabeza se apodero de mí. Empecé a temblar y un sudor frío comenzó a recorrer mi espalda. Me senté con disimulo para no alarmar a nadie.
No me lo podía creer ¿Que me estaba pasando? Mientras permanecía sentada disimulando lo evidente una de mis damas de honor se percató de que algo no marchaba bien, era mi mejor amiga.
-Gorda ¿estás bien? -Preguntó preocupada mientras me miraba fijamente.
Entonces la miré, con un pequeño gesto le di a entender lo que me pasaba. Supo perfectamente lo que le quise transmitir.
-No me jodas gorda, no me jodas...-Decía mientras me miraba con cara de susto.
Me aguante las ganas de llorar para no estropear el maquillaje, no me entendía a mí misma.
Cuando de repente tocaron en la puerta;
-La limusina esta lista y esperando en la puerta- Decía mi tía mientras irrumpía en la habitación.
Salí por aquella puerta mientras me colocaba el velo como podía, el corazón me latía a mil por hora.
Estaba acompañada de mis dos damas de honor, mi mejor amiga y mi querido amigo gay de la infancia. Entramos en aquella bonita  y decorada limusina blanca, era todo un lujo.

Ya sentados y acomodados mi amigo gay muy preocupado me agarró de la mano con suavidad y me preguntó:
-Amor ¿te encuentras bien?-Decía con una voz muy fina.
Lo mire y con un nudo en la garganta pronuncie lo que sentía.
Baje la cabeza avergonzada, me sentía la peor persona del mundo. No podía creer que aquello me estuviera pasando a mí.
El coche paró, habíamos llegado. Mire a mis dos amigos, estaba a punto de llorar. Al ver mi reacción me agarraron de la mano con mucha ternura y fuerza.
-Veras que son los nervios, todo saldrá bien- Me susurraban con voz agradable intentando animarme y tranquilizarme.
Ya era demasiado tarde, no había vuelta atrás.
Me sentí estúpida y patética...
Pasados diez minutos salí del coche, me temblaban los pies. Mi padre me esperaba en la entrada de la iglesia para llevarme al altar.

Suspire hondo y levante la cabeza,ahí estaba mi novio tan guapo y elegante como siempre.
Empezó a sonar la marcha nupcial, pensé que me orinaba encima. Camine por medio de aquella iglesia,sonaba la marcha nupcial, mientras los invitados más mayores, de ambas familias, alegaban por mis tatuajes visibles. Por lo visto eso no estaba bien visto en la "casa de señor". Los invitados más jóvenes criticaban de buena manera mi peinado y mis bonitos zapatos de Chanel, me moría de vergüenza.
La música paró, ya estaba en el altar. Mi novio me miraba sonriendo mientras el cura empezaba con los votos matrimoniales;
-¿Quieres recibir a (...) como esposa y prometes serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y la enfermedad, en la riqueza y la pobreza, y así, amarla y respetarla todos los días de tu vida hasta que la muerte os separe?
-Sí, quiero-Respondió muy seguro de sí mismo.
Era mi turno, solo de pensarlo se me nublaba la vista. Las piernas me temblaban y de nuevo aparecía ese sudor frío, pensé que me desmayaba.
El cura prosiguió con los votos:
-Y tu (...) ¿Quieres recibir a tu esposo (...)? -Dictaba el cura.
No fui capaz de escuchar por más que me intentaba concentrar, estaba en otra dimensión.
Apreté el puño y pedí ayuda. No sabía a qué ni a quién.
Me faltaba el aire, parecía que se me salía el corazón la vista se me nublaba nuevamente por segundos.
Los invitados permanecían callados y se miraban entre ellos debido a mi silencio, no era capaz de responder. Los invitados empezaron a formas jaleo y polémica, fue un desastre. Levanté la cabeza, respiré hondo y pronuncié las palabras “Sí, quiero”.
Justo al terminar de decir las palabras el cura prosiguió:
-Y por el poder que me ha sido otorgado, yo os declaro marido y mujer; puede besar a la novia.
Fue cuando él me besó, justo en ese momento fue cuando me di cuenta de que mis nervios habían sido en balde, estaba con la persona que más amaba del mundo. Ya no habían nervios en mí, ya estaba totalmente tranquila en los brazos de la persona que amaba.
Justo cuando sus labios besaban los míos, toda la iglesia aplaudía. Nuestra madres lloraban de felicidad, a la vez que por mi mejilla resbalaba una lagrima, una única lagrima que describía todo lo que sentía en ese instante.
Nada más separar nuestros labios, él me abrazo por la espalda y me susurro al odio: “Aquí comienza tu cuento, mi princesa”, yo le bese hasta que el fotógrafo nos aviso que debíamos hacernos las fotos de recuerdo en la iglesia. Mientras nosotros nos hacíamos las fotos, yo solo pensaba en lo idiota que había sido al pensar que algo malo podría suceder. Nada mas terminar con las fotos, al tiempo que salíamos de la parroquia, nos empezaron a llover miles de granos de arroz y pétalos de rosas, a la vez que todos gritaban a coro: “Que se besen”.
Al momento me encontraba rodeada de muchísimas personas que me daban la enhorabuena por este matrimonio, yo se lo agradecía, al igual que él, pero ambos sabíamos que lo que más deseábamos en ese instante era llegar al coche, tener un momento para nosotros.
Exactamente 10 minutos después, estábamos en la limusina que nos llevaría al lugar donde se celebraría el convite, ¿Dónde lo habrán organizado nuestros padres? Era la duda que nos corroía, pero nos olvidamos de eso, solo pensábamos en que ya éramos marido y mujer, en que nada nos separaría nunca, en que no queríamos separar nuestros labios…
Sin darnos cuenta, habíamos llegado, al ver el lugar de mi boca solo salió una palabra: “Increíble”


Era de noche, y estaba en el lugar con el que cualquier chica sueña,  un pequeño castillo muy iluminado, con jardines, fuentes, pavos reales y demás cosas hermosas. El chofer abrió la puerta y lo primero que logré ver fue una larga alfombra roja que nos llevaría directa a la sala donde celebraríamos nuestro enlace.  Alcancé a ver a mis primos corriendo hacia el salón al grito: “¡Ya llegaron!”, no pude contener la risa.
Caminaba agarrada de su brazo mientras observaba aquel magnifico lugar, nuestros padres reflejaron perfectamente el lugar que deseábamos, se diría que nos concedieron nuestro sueño, lo hicieron realidad. Casi llegando a la puerta me detuve en seco, había una pequeña pluma de pavo real en medio de la alfombra, la recogí y me la llevé conmigo, sería otro recuerdo del mejor día de mi vida. Él me miraba, sonreía al verme hacer eso.
Al entrar en aquel enorme salón, todo el mundo nos dio la bienvenida con un aplauso, se nos acerco un simpático camarero con 2 lindas copas, decoradas con un lazo de color caramelo, de champán. Nosotros las cogimos, le dimos las gracias y brindamos cruzando nuestros brazos, al instante que bebíamos, todos gritaban: ¡Vivan los novios!
Al sentarme en la mesa fue cuando pude tomarme un tiempo para observar aquel maravilloso lugar, estaba lleno de flores por todas partes; los centros de mesa eran de rosas color champan, con una vela en el centro; del techo colgaba una preciosa lámpara veneciana, que alumbraba con una luz tenue toda la sala; las sillas estaban rodeadas por un lazo color caramelo; todo estaba perfectamente en su lugar. De repente, me hablaron y no pude seguir observando esa sala, era el preguntándome si quería más champan, le dije que sí.
Mientras el camarero me servía, yo observaba a los invitados en sus mesas, la de los niños era la más graciosa, todos brincando sin parar ni un solo segundo; las mesas del lado izquierdo, mi familia; las del lado derecho, su familia, ahora mía también; y en las mesas centrales se encontraban nuestros amigos, los cuales me miraban y hacían burlas a las cuales yo no podía evitar reírme. Y en la mesa más importante, diría yo, nos encontrábamos los novios, nuestros padres, nuestros abuelos y los padrinos. 

Todo el evento fue de maravilla; una comida deliciosa acompañada de un magnifico postre y tarta de boda, con una orquesta que amenizaba la velada. Al terminar la cena, la orquesta empezó a tocar un vals, para que bailasen los novios, algo que a mí me pareció gracioso ya que el novio odia bailar, me llevé una gran sorpresa en el momento que me cogió, me llevó a al centro de la sala y empezó a bailar. Al tiempo que bailábamos y todos nos miraban, él se acerco a mi odio y me susurró: Lo he hecho por ti, sé la ilusión que te hacía esto. No pude aguantar las lágrimas, nada más acabar de bailar, con lágrimas en los ojos, dije:
-Queridos padres de ambos, no sabéis lo que os agradezco esto, habéis hecho realidad mi sueño, nuestro sueño…
Pero sin dejarme acabar sus padres se acercaron y nos dieron un sobre, yo extrañada pregunté qué era eso
-Vosotros abridlo y lo descubriréis.
Él abrió el sobre y lo mostró, ¡era un viaje de una semana a París! No me podía creer después de habernos pagado y organizado la boda, también nos regalan el viaje de novios. Pero lo más importante era que salíamos en solo 2 horas. Ella muy tranquila nos contesto:
-Cada uno tenéis una maleta con la ropa necesaria para esa semana, así que os da tiempo de llegar.
Les dimos un millón de gracias y nos despedimos de todos los invitados, le dijimos que siguieran la fiesta. Salimos y la limusina todavía nos esperaba para llevarnos al aeropuerto, conseguimos cambiarnos de ropa, aunque con dificultad, debíamos llevar algo cómodo para las 4 horas de vuelo, si todo salía bien estaríamos en París para ver la luz del alba.

Continuará…

4 comentarios:

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  2. Ojalá sea posible tan sólo llegar al día de esta celebración :'(
    Es que me he acostumbrado a ser feliz al lado de la protagonista de esta historia... y NO QUIERO tener una buena vida si no es con ella, porque no hay motivos para separarnos :'(
    Me he acostumbrado a vivir en la cumbre de la vida, porque una persona realmente pequeña se ha empeñado en conseguir lo más grande para una persona como yo, y no le ha costado lo más mínimo, me ha demostrado que es increíblemente la mejor, que tiene TODO lo que yo necesito, no necesito ni más ni menos, es que es perfecta, es perfecta, es perfecta, perfecta,.....para mí
    Es la única persona que con poco me lo da todo, no para de pensar en mí, para mí, me tiene en cuenta para todo, y yo, por cuestiones económicas no le he podido hacer tantos regalos, premios, que le tenía pensado hacer :'(
    Desgraciadamente ella no llegaba nunca a ser tan feliz como yo, los problemas le aturdían, la impotencia podía con ella, apenas yo era el único que podía hacer algo... con una simple facilidad de movimiento hasta su casa y libertad, podría haberle ayudado mucho, pero fui incapaz.
    Ahora las cosas han empeorado y se han puesto muy delicadas, ante eso, yo no he tenido cabeza para actuar como ella quería, como a ella le hacía ilusión, como ella esperaba de la persona más importante de su vida EL DÍA DE SU 18 CUMPLEAÑOS :'(
    pero fui un inútil y estropeé las cosas, por un lado yo pensaba que le estaba dando algo de libertad para divertirse a su bola, pero realmente la estaba ahogando, y así la he apartado de mí y he puesto esta historia de arriba en serio peligro ( es algo de lo que nunca dejaré de arrepentirme, 4 días que nunca podrán borrarse de mi memoria, y lo que necesito es una única segunda oportunidad de la vida, para demostrarle a mi propia vida de que realmente la puedo hacer más feliz de la que la hago :'(

    Te AMO PIDI, nunca nunca nunca dejaré de hacerlo, lo siento, pero nunca dejaré de hacerlo

    Gracias por haberme brindado la oportunidad de ser el protagonista de una historia como esta, nunca lo olvidaré!

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    1. Tiene su cosa ver los recuerdos in situ como es el caso, recordar de la mejor manera posible cómo eran las cosas, cómo son ahora, cómo eran ellos y cómo son, cómo eras tú y cómo eres, cómo querías ser y cómo quieres ser, cómo querían que fueras y cómo quieren que seas...cómo quería ella las cosas y cómo las quiere ahora...
      Compararlo todo, pensar, y ver desde una perspectiva mayor y mejor, CÓMO es la vida, saber ahora que los tópicos sobre el amor existen por algo, tanto los bonitos como los trágicos, y que TODOS son verdad, en uno u otro sentido, cagarte en el hecho de que el amor sea el sentimiento más fuerte que jamás experimentará el ser humano, y a la vez darle las gracias.
      Tiene su cosa recordar cómo alguien modificó la historia original para convertirla en la más bonita y perfecta, luego pensar que quizás la más adecuada y real podría ser la original, y finalmente ser realista y admitir que ninguna de las dos van a existir, y que en esa boda tú no vas a ser el novio, ni el flipado que aparece a dar el cante.
      Tiene su cosa pasarte la vida pensando en un viaje pasado, y que ahora sólo quieras pensar en los viajes futuros que ya andas programando.
      Tiene su cosa recordar cómo se te hacía imposible pensar en un futuro sin ella a tu lado, y ahora cada vez te sea más claro el hecho de que estar separados sea lo mejor y más adecuado.
      Tiene su cosa ver cómo de los 20 años que se te echan encima, en sólo los 3 últimos hayas vivido los momentos más determinantes para completar el "quién soy yo", así como percatarte de todo lo que pueden cambiar las vidas en 365 días, o incluso en menos de una semana.

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    2. También tiene su cosa ver lo difícil que es desenamorarse de alguien, saber lo que costó y lo que sufriste mientras tanto, pero también tiene su cosa saber que lo conseguiste, que ahora seguramente eres mejor que antes, que ahora sabes valorarte como no hacías antes. Ahora sabes por experiencia propia que el corazón es un potente arma de doble filo con el que no se debe jugar y desgraciadamente sabes también que ése mismo corazón no olvida los recuerdos como lo hace tu mente, que puedes no estar enamorado ya de una persona, pero que es muy duro seguir enamorado solamente de unos recuerdos que ya no son más que eso.
      Tiene su cosa imaginarte que eres otra persona, leer esto, y saber que todo el cambio comenzó más o menos justo después de esta preciosa historia, que representa la cumbre y que luego venía el descenso, un descenso cada vez más acentuado que terminaría en vertical.
      Tiene su cosa pensar que quizás no exista el azahar, y que las cosas ocurren por algo, pensar que la vida es un puzzle y que nosotros sólo somos piezas, algunas encuentran su lugar a la primera, otras piezas resultan no ser de este puzzle y otras simplemente tardan en encontrar su sitio. Es bonito pensar que eres una de las que están buscando su lugar aun.
      También tiene su cosa pensar que quizás la vida me está dando otras oportunidades, porque la vida es un conjunto de millones de cosas, muchas de las cuales quizás no podría conocer jamás, y que a lo mejor ahora tengo la oportunidad de hacerlo, la vida tiene sus etapas, y quizás me esté diciendo que ahora no estoy en la etapa del amor, pero que estoy en la etapa de muchas otras cosas. Al fin y al cabo no somos más que el conjunto de todos los viajes que hemos tenido, y está claro que de cuanto más viajes disfrutes, mejor sabrás lo que es la vida, ahora sé que ya tuve el primer viaje de la mía, ahora estoy en el segundo, y más adelante iré a por el tercero, quien sabe si con un cuarto o un quinto tras él, o un sexto y un séptimo de más, sólo sé que ahora voy a por ellos, y cuantos más sean, como ya dije, mejor.
      A pesar de todo esto, recuerdo que hace un año y tres días escribí un mensaje que terminaba así:

      "Gracias por haberme brindado la oportunidad de ser el protagonista de una historia como esta, nunca lo olvidaré!"

      Y lo único que voy a decir sobre ello, es que HOY, lo reitero y lo recalco, quizás sea la única frase del comentario con la que lo haga, quizás, pero creo que es más que suficiente para dejar claro lo agradecido que estoy por un pasado irrepetible.

      Disculpa, pero dio la casualidad que estaba escuchando una canción llamada "My heart will go on", que seguramente conocerás, y lamentablemente me inspiró este comentario.

      PD: Qué pena que el avión, en ese viaje a París, se estrellara...

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